Una columna vertebral coja

Se ha atascado la Real en su faceta goleadora en el momento más importante de la temporada. Es capaz de crear fútbol para presentarse en el área contraria en ventaja, pero no de batir a los porteros rivales. Cuando estas cosas suceden, las miradas en busca de culpables siempre van dirigidas a los delanteros centros. Nunca he sido partidario de buscar culpables sino de encontrar soluciones. Pero entre los aficionados se tiende siempre a señalar con el dedo. Cada uno es un entrenador y todos creen saber de quién es la culpa. No es nuevo. Recuerdo, sin ir más lejos, la primera temporada de Sorloth, que si no metía una, que qué malo es de cabeza, que no sabe moverse. En su segundo año, sin embargo, ya nadie le discutía. Sus 16 goles y su juego, callaron a todos. Esta temporada, en el Villarreal, ya son 11 goles en 25 partidos. Y eso que el submarino está abajo.

Pero a lo que íbamos. La Real crea pero no marca. Ya saben. Que si el caballo no quiere beber. En París tampoco bebió y nos volvimos con un 2-0 adverso. Sin embargo, hay unanimidad en que fue el gol de Mbappé el que lo cambió todo, no las oportunidades erradas por los nuestros, sino el gol encajado -uno más- en saque de esquina. Imanol -raro en él- sí buscó culpable y le puso un nombre: Traoré. Esta vez no estoy de acuerdo con él. Yo me pregunto si era Kubo el más indicado para marcar a Mbappé. Y me respondo: no.

El problema, en todo caso, sigue siendo la falta de gol. Y analizo. Todos los entrenadores con los que he coincidido, son unánimes a la hora de afirmar con rotundidad que lo más importante en un equipo es su columna vertebral, es decir, el portero, los centrales, el pivote y el delantero centro. En la Real está muy clara. ¿O no? Veamos. Remiro, Zubeldia, Le Normand y Zubimendi. Indiscutibles y eje sobre el que funciona el equipo. Pero ¿Y el delantero centro? ¿Quién es el delantero centro titular de la Real?. Tenemos nada menos que cuatro, pero ¿alguno de ellos ha jugado media docena de partidos seguidos en ese puesto? No. Oyarzabal ha sido, sin duda, el que mejor lo ha hecho, pero no está. Y viendo las imágenes que subió la Real del entrenamiento en París previo al partido, mucho me temo que va a seguir sin estar, por lo menos hasta la vuelta de Copa. Yo al menos firmo verle ese día. André Silva está empezando a jugar seguido, pero lleva cero goles en Liga. Sadiq sufrió un cruzado hace 17 meses y no ha tenido continuidad desde su vuelta. Lleva dos golazos en Liga. Y Carlos Fernández sigue lastrado por las lesiones.

Vaya, pues no sabemos quién es nuestro delantero centro titular. El que vino en verano a reforzar ese puesto ante los contratiempos físicos de los demás fue Silva. Pero vino lesionado -error importante en la confección de plantilla- y se ha perdido casi toda la temporada, hasta ahora, precisamente por los problemas musculares. Es evidente que esa columna vertebral está coja en su punto más importante hacia el gol. Resolvamos ese dilema cuanto antes. No recuerdo ningún gran equipo sin delantero centro indiscutible. La Real necesita un ‘9’ indiscutible ya, fijo, con continuidad. ¿Oyarzabal? Es el que mejor ha jugado en ese puesto con diferencia. Y yo me lanzo otra pregunta. Si nuestro Mikel es el ‘9’, ¿será que hemos hecho mal las cosas, al tener otros tres ‘9’ de fuera en el banquillo o desconvocados?. Y me respondo. Sí. Sobre todo este verano. Con Carlos Fernández maltrecho por las lesiones y con Sadiq saliendo de un cruzado, traer otro jugador lesionado de larga duración -lo estaba desde mayo- fue un error. Así lo pienso. Y así lo digo. Y ojalá Silva me calle la boca, meta quince goles hasta mayo y acabemos sabiendo quién ha sido el delantero centro titular de esta temporada. Sería una buenísima señal.