Zaragoza se convierte este fin de semana en feudo txuri-urdin porque miles de aficionados viajan a la capital aragonesa para animar mañana (19:00) a la Real en la final de la Copa de la Reina. Tras haber disputado la Champions el año pasado, la Real ha logrado esta temporada otra gran hazaña. Jugar esta final. Un logro que no ha sido sencillo de conseguir. Para llegar hasta aquí las realistas han tenido que superar primero al Levante, uno de los mejores equipos de nuestra liga, al que ganaron en su campo 1-2 y después al Atlético de Madrid. Empatando a 1 en el Cívitas Alcalá de Henares y derrotándoles 2-1 en un partido inolvidable en el Reale Arena.
Ganar mañana va a ser muy complicado por el rival que tenemos enfrente: el Barcelona, un equipo que casi siempre solventa sus partidos con mucha facilidad y que está a otro nivel. Sin embargo, la Real tiene armas para plantar cara al Barcelona. Ya lo hizo la temporada pasada en el Johan Cruyff, donde jugó un gran partido, pese a que al final acabó perdiendo 2-1 después de un error arbitral al conceder el primer gol culé en un claro fuera de juego.
Pase lo que pase mañana, hay que reconocer el mérito que tiene el equipo. Además, en el fútbol no siempre ocurre lo esperado y mañana podemos hacer historia. Las realistas estarán acompañadas por cerca de 5.000 aficionados que empujarán al equipo durante el encuentro y que seguro, disfrutarán mucho. La plantilla ya está concentrada en Zaragoza y tanto en las horas previas como durante el partido las jugadoras tienen que disfrutar del momento. A partir de la final y sin tener nada en juego en la Liga, la Real tiene el objetivo de reestructurar la plantilla para el curso que viene. Con la ya conocida marcha de Natalia Arroyo, ahora tiene que tomar decisiones sobre las jugadoras que acaban contrato para formar un equipo competitivo que siga dando alegrías a su afición. Pero lo primero es mañana. Goazen Reala, goazen neskak!
