He dejado pasar unas horas desde la dura derrota del sábado de la Real Sociedad frente al Barcelona para valorar mejor lo que sucedió. En este tiempo he vuelto a ver el partido entero y los últimos diez minutos otras dos veces. Parece que hay unanimidad en echar la culpa a la que ahora se llama segunda línea. En mis tiempos, en las plantillas no había primera línea, segunda línea… Había titulares y suplentes. Pero bueno. Lo más repetido es que la segunda línea baja mucho el nivel y por eso la Real está cediendo muchos puntos en los últimos minutos.
Una vez más, no estoy de acuerdo. Y me explico. Si la Real llegó al minuto 90 con 0-0 no fue por los suplentes, sino porque los titulares no fueron capaces de batir a Ter Stegen a pesar de completar un partido excelso. Tuvieron ocasiones, muchas y buenas, pero no pudieron con el alemán. Es fútbol. No creo que ahí tuvieran culpa los que estaban en el banquillo. Con acertar la mitad, el partido hubiera estado resuelto para el descanso. Igual que contra el Inter o en Vallecas.
Más. Imanol hizo solo tres cambios, algo muy raro en este fútbol, ya que la mayoría de los entrenadores emplean las cinco sustituciones. Igual se quedó corto. El centro del campo necesitaba un recambio, pero no seré yo quién critique al maestro oriotarra. Me quedé con sus palabras al final, en las que negaba que el equipo se cayera desde el minuto 75. Y tiene razón. Sólo fueron dos minutos, como bien dijo. Hay un dato. En el minuto 84 la televisión da una estadística concluyente. Posesión en los últimos 15 minutos: Real Sociedad 61%; Barcelona 39%. La Real no se había caído en absoluto. Seguía dominando en el minuto 85.
Pero la pregunta es: ¿Cómo se puede echar la culpa a Turrientes, Urko, Olasagasti, Sadiq, Zaka… si no jugaron? Y me dirán, si no juegan, es porque el entrenador no cuenta con ellos, no les ve preparados. Y yo digo: no me lo creo. Seguramente Imanol no veía a su equipo tan mal en esos minutos finales. Y ya está. Porque alguien piensa que Olasagasti o Turrientes ¿no podían jugar quince minutos? Yo, desde luego, no. Y me niego a pensar que Imanol tenga un banquillo que no le sirve.
En todo caso, sí hay un jugador que, aunque joven, no está dando lo que se esperaba de él. Me refiero a Momo, espectacular en aquel partido contra el Atlético de Madrid, en Anoeta, pero muy mal últimamente. Y este sí que está teniendo oportunidades. La pifió en el gol del Inter en el Reale y la volvió a pifiar el sábado. En el minuto 91 y 37 segundos Momo recuperó un balón junto a la banda izquierda y en vez de jugarlo con seguridad, regaló el esférico al Barcelona. No estaba presionado para perderlo pero se jugó un difícil pase en largo que cortó el Barcelona. 21 segundos después el balón estaba dentro de la portería de Remiro. Alguien debe sentarse con Momo y hablar con él. Tiene solo 19 años y mucho que aprender. Pero debe centrarse. Facultades tiene de sobra.
Pero Momo es solo un jugador, no es la segunda línea. Otra cosa muy distinta de si los suplentes dan el nivel, es cómo está confeccionada la plantilla para esta temporada de Champions. Pero de eso, hablaremos otro día. A por el Benfica. Con la primera línea. Y con la segunda. Vamos, como siempre, con los titulares y los suplentes.