A un paso de la final que merecemos

Anoche me costó coger el sueño, imagino que como a la mayoría de realzales. Llevo nerviosa desde ayer por la tarde y solo quiero que el reloj marque las 21:30 para que dé comienzo el partido más importante de la temporada. Sin duda el más trascendente de la historia de Anoeta. Sería la primera vez que la Real celebra en su campo el pase a una final (siempre que lo ha hecho ha sido fuera). Hoy nos jugamos volver a vivir una final con público 36 años después. Nos jugamos la final que no vivimos. La que merecemos. Desde que soy pequeña, la Real ha formado parte de mi vida, no la imagino sin ella. Porque la Real es vida. Los que somos de mi generación y más jóvenes, no sabemos lo que es vivir una final en primera persona. En 2020 estuvimos cerca de hacerlo pero el Covid nos arrebató la posibilidad. Una oportunidad que tenemos ahora en nuestras manos y que debemos conseguir entre todos.

Hoy está en juego la ilusión de todos los txuri-urdin, de toda una afición. Muchas veces, cuando  hablo de la Real lo hago en primera persona del plural porque me siento parte de ella. Porque los aficionados somos parte de nuestros equipos. Pero hoy más que nunca tiene que notarse que la Real juega con un jugador más, nosotros. Esta noche el Reale Arena tiene que ser una caldera y no podemos dejar de animar en ningún momento. Pase lo que pase. El partido empieza antes, con el recibimiento al equipo en el Paseo de Errondo y desde ahí nos tenemos que hacer notar. Desde la previa. Empieza la cuenta atrás realzales. Estamos a un paso de la final que merecemos. Lortuko dute. Lortuko dugu.