Su nombre está en boca de todos desde el domingo. Sadiq Umar. Logró uno de los goles de la temporada y uno, sin duda, de los mejores que recuerdo en Anoeta. Y ha habido muchos en estos 30 años. Su reestreno goleador con la Real llegó de la forma más inesperada e impresionante al mismo tiempo. Quien más y quien menos, cuando el nigeriano cogió el balón en campo propio y comenzó a driblar rivales, pensó por dentro que debía abrir el juego a la banda y correr hacia el área. Y cuando armó su pierna derecha para lanzar un misil a la escuadra de Dmitrovic desde más de 25 metros, solo hubo un pensamiento casi unánime: nooooooo… está loco… A los tres segundos, todos con las manos en la cabeza -hasta sus compañeros- celebrando el gol.
Pues así es Sadiq Umar. Capaz de meter goles como el del domingo y de errar otros más fáciles. Sadiq, por lo que le he podido ver, es un gran delantero centro, un hombre muy difícil de marcar para los rivales, por lo imprevisto de sus acciones y por la cantidad de recursos que tiene. Estoy seguro que nos va a dar tardes de gloria, porque tiene mucho que aportar, incluido su juego de espaldas, un arma que quizá los de Imanol deban aprovechar más. Y por descontado, goles.
Sé que, con la altura que tiene, puede parecer un jugador patoso con el balón, algo torpe, pero no es así. Es evidente que nunca va a tener una conducción como la de Barrene, por ejemplo, con el balón pegado al pie, pero eso no quiere decir que no sepa conducir. Ni mucho menos. Lo demostró en Almería dos semanas antes, con esa acción que acaba con un gran remate al poste y frente al Sevilla en el gol y en otra jugada en la que tras hacerle un caño a Ocampos, acaba rematando desviado. Un amigo me recordaba el domingo que Julio Salinas también parecía torpe y… Y ahí están sus registros goleadores.
Es Sadiq, un jugador distinto, un gran fichaje para la Real, en la que ahora está empezando a jugar. Porque no me digan que llevaba 14 meses sin hacer un gol, porque es injusto. Sadiq se lesionó en septiembre del año pasado y no volvió a jugar hasta un año después. ¿Cómo podía hacer goles si estaba recuperándose de un cruzado? Estas lesiones son como son y en ellas no caben atajos. Nuestro gran Mikel Oyarzabal tardó 18 meses en recuperar su nivel e incluso mejorarlo. Sadiq lleva 14 meses. Necesita tiempo y jugar. Y suerte. Con estas tres cosas la Real va a disfrutar mucho de este simpático nigeriano que tan bien nos cae a todos.