Apagón en el Reale Arena

Cuando era cronista de la Real en DV no me gustaba oír ni leer nada antes de escribir mi versión de los partidos. Siempre preferí equivocarme yo solo a que me equivocaran otros. Ni siquiera escuchaba la versión de los entrenadores cuando no tenía que acudir por obligación a la sala de prensa. El domingo salí del Reale con una idea clara de lo que había sucedido. Y hoy, 24 horas después, sigo pensando lo mismo. Esta vez Imanol se equivocó a la hora de manejar los cambios. Y lo digo reconociendo que jamás me ha gustado  -cosa que a muchos periodistas sí- jugar a entrenador. Qué va. Imanol es el que más sabe y el que controla todos los datos a la hora de decidir jugadores, posiciones y alineaciones. Y si la Real está donde está, es sin duda, gracias a él.

Pero creo, y lo tengo que decir porque lo pienso, que esta vez su idea no funcionó. La Real ganaba ya 2-1. Diez minutos después de hacer el segundo gol, el oriotarra retiró del campo a los dos mejores con mucha diferencia, Becker y Oyarzabal. Y al tercer mejor realista, Zaka, le movió del sitio en el que tan bien lo estaba haciendo, de medio derecho, para colocarle una vez más donde nunca ha rendido, de extremo. Si con seis delanteros en condiciones Zaka tiene que acabar jugando de extremo, es que tenemos problemas serios. Con los cambios la Real se acabó. El Almería se creció y lo peor es que el empate se veía venir. Y ojo, porque pudo ser peor. Tampoco entiendo la apuesta del entrenador por un jugador al que le quedan dos meses en la Real, y que sigue sin demostrar nada, antes que por uno que tiene contrato y costó 20 millones. Pero al menos a Sadiq esta vez nadie le puede culpar de nada.

No me vale que si tanto Becker como Oyarzabal estaban cansados o que si tal y cual. Ya os he dicho alguna vez, que yo nunca quitaría a Mikel. Prefiero al eibarrés cansado que a Silva descansado. Eso lo tengo muy claro. Y el canterano del Ajax estaba crecido. Había marcado, había dado una asistencia y el lateral del Almería estaba ya loco. Fue su mejor partido en la Real. Pero se fue en el minuto 69.

Sea como fuera, lo cierto es que la familia realista recibió todo un mazazo al final. Empatar frente al Almería no estaba en la hoja de ruta hacia Europa de la Real. Bueno, igual tengo que reconocer que en la mía puede que sí. Yo escribí aquí mismo antes de ir a Granada, justo después de caer en la Champions, que firmaba nueve puntos en los cuatro siguientes partidos. Y la Real ha sumado diez. Por lo tanto, no me puedo quejar ahora. También dije en el artículo anterior que faltaban cuatro victorias para ser sextos, que siempre ha sido mi objetivo. O lo que es lo mismo: 61 puntos. Y me mantengo en ello. Si la Real llega a 61 -y puede que con 60 también-, jugará la Europa League. Y lo va a conseguir para hacer historia.

Mi confianza en Imanol, el gran líder de este equipo, y en sus jugadores, sigue siendo la misma que antes del partido del Almería: plena. Estamos un punto más cerca y, aunque sea obvio, hay que recordar que la Real es el único implicado en esta lucha por el sexto puesto que depende de sí mismo y tanto Betis como Valencia se cambiarían por la Real con los ojos cerrados. Es más. Seguramente cualquiera de los dos firmaría ahora mismo entrar en Conference, es decir, acabar séptimo. La Real desde luego que no.

Y ahora, antes de recibir al Madrid en el Reale, a por un partido áspero, incómodo y complicado: nos espera el Getafe de Bordalás. Aupa Real!